Es un trabajo de meditación que se efectúa de pie, y existen varias posturas, la de “abrazar un árbol” es la más conocida, y se practica tanto en el arte marcial como en el chi kung.

Inmóvil:
Cuando permaneces en posición de ritsu zen, por ejemplo en la postura de “abrazar un árbol”, estás efectivamente inmóvil visto desde fuera. Sin embargo, late tu corazón, respiras, y dentro de tu cuerpo la actividad vital continúa. Además, al realizar la misma postura durante tiempo, haces un esfuerzo muscular constante, incluso si no eres consciente de ello, por tanto, podríamos decir que, no estás totalmente inmóvil.
Sin pensar en nada y sin hacer nada más que permanecer así de pie, en el interior del cuerpo están ocurriendo movimientos complejos involuntarios. En esta posición te relajas, sin pensar en nada, haces un mínimo de esfuerzo físico, dejando que continúen las funciones vitales espontáneas de modo regular. Lo que es implícito en esta postura aparentemente inmóvil, creará con el tiempo una regulación del metabolismo, un efecto positivo para el cuerpo, que es el primer efecto buscado en la práctica del bienestar y la salud.

Así pues, quedarse inmóvil en determinada postura, sin hacer nada en concreto, implica una actividad vital importante. Se trata de una forma particular de descanso, pero a diferencia de dormir acostado, sigues haciendo un esfuerzo muscular mínimo y regular debido a la gravedad, simplemente por el mero hecho de permanecer de pie (vertical).

YI (intención mental):
Parte del método que practicamos, se apoya profundamente sobre este ejercicio. Según el maestro Kenji Tokitsu, esto debe ocupar un 80% del entrenamiento.
Yo pienso que, según el alumn@ y su nivel, esto puede variar. Al comienzo de la práctica de este ejercicio, éste se realiza únicamente conservando una postura, como he dicho anteriormente, el cuerpo y el espíritu distendidos, y se aprende progresivamente a dejarse dirigir por el trabajo del YI (intención mental). Pero hay que reconocer cierta dificultad y ambigüedad cuando se habla del YI, porque es difícil evidenciar el trabajo mental. Existe un gran número de indicaciones en este sentido, debemos de poder sentir diversas sensaciones físicas mediante el trabajo. Durante el trabajo de quietud, un@ debe de tirar, empujar hacia abajo, hacia arriba, hacia un lado y hacia otro, con micro movimientos, de manera que, si alguien lo observara desde fuera, apenas vería movimientos…
De este modo, nos ejercitamos sin utilizar la fuerza, lo cual es difícil, sin embargo, la sensación durante estos ejercicios cuando empezamos su práctica, no es evidente, y sin indicaciones precisas, existe el riesgo de realizar esfuerzos inútiles que conllevan la pérdida de tiempo.
En las explicaciones que acompañan su enseñanza, mi maestro Kenji Tokitsu siempre indica que, la perspectiva sobre el trabajo del YI es ambigua, y de algún modo es un señuelo, en el que much@s caen… El trabajo del YI debe partir de la percepción directa del cuerpo, del control muscular.

( aprendí a utilizar diferentes imágenes para cada postura inmóvil, con el fin de obtener sensaciones corporales diferentes. Se trata de formar la sensación de unificación de todas las partes del cuerpo e integrarlas con el fin de poder movilizar una fuerza motriz global. Apoyándose en el “Yi”: sensaciones corporales producidas por imágenes” Kenji Tokitsu, 2004).

Cuando se practica ritsu zen, un@ descubre rápidamente que es difícil dar órdenes a estos músculos antagonistas, y que existe un gran número de músculos, cuya actividad escapa a nuestra voluntad. Es imposible hacer funcionar estos músculos sin un entrenamiento determinado. A través del ritsu zen, los músculos antagonistas pueden ser progresivamente educados, al utilizar el trabajo del YI. La progresión es más rápida, si se sabe precisar cómo dirigir y dónde poner la atención en uno u otro ejercicio.
El rigor en la postura es la clave, y también hay que decir que, un@ debe ser dirigido por un profesor@ experimentad@.
Llegar a mandar sobre los músculos que no obedecen ordinariamente, nos lleva a establecer nuevas redes musculares, nerviosas y cerebrales. Es lo cerebral lo que manda sobre los músculos. Pero sin duda, esto no es tarea fácil y lleva tiempo.

El trabajo mental, el YI, tiene como función movilizar estos músculos, y al hacerlo, el ritmo cardíaco aumenta, mientras que el ritmo de la respiración apenas varía. La oxigenación del cuerpo es intensa, aumenta la temperatura del cuerpo, se transpira abundantemente a pesar de la inmovilidad, hecho que resulta bastante chocante al principio.
El doctor Yu Yongnien, explica la eficacia médica del ejercicio de Zhan Zhuang (Ritsu Zen), basándose en la oxigenación del cuerpo y el fortalecimiento cardíaco. Según él,
ésta es la base del chi kung, sin que sea necesario hablar de energía o Ki. Y dice que: «el ejercicio de Zhan Zhuang es un ejercicio del cerebro», y sonriendo afirma: «haciendo este ejercicio un@ se vuelve inteligente»

De cualquier manera, este método tiende a despertar una parte de nuestras capacidades dormidas, y a aumentar nuestras facultades vitales, cuya manifestación es la movilización de los músculos profundos en la ejecución de la técnica.
El ejercicio de Ritsu Zen, permite cultivar las redes sensitivas inherentes a cada movimiento, siendo el papel del YI, absolutamente primordial.
Bajo una inmovilidad aparente, este ejercicio aporta bienestar, salud y eficacia.