Ser como el bambú es la idea que tramito en mis clases del Tai chi chuan. ¿Qué quiero decir concretamente con esto? Reflexionemos…
Sea como fuera su crecimiento o disposición del bambú, hay algo que nunca cambia: su resistencia y flexibilidad, además de ello en su crecimiento necesita tiempo y paciencia, de ahí esta maravilla de ejemplo que nos proporciona la naturaleza, nos ayuda a poner la atención en desarrollar dos dimensiones esenciales para la técnica y el espíritu.
Somos en general una sociedad alérgica a la paciencia, con escasa flexibilidad a todos los niveles.
Con la idea del bambú, me centrare en este texto, en el concepto técnico del Tai chi chuan.
El Tai chi chuan se concibe como la integración dinámica de los dos elementos complementarios: yin / yang, es decir, la idea del bambú en cuanto a flexibilidad, resistencia además de otros…
¿Qué quiere decir esto concretamente?
Aquí, un ejemplo:
En la práctica al expandir el pecho (yin) la parte opuesta, la espalda ( yang) se comprime y viceversa . La flexibidad y la movilidad del tronco es esencial, se debe mover como un acordeón que se abre y se cierra de arriba hacia abajo, y de delante hacia atrás, el tronco complementa todas las técnicas gracias a su facilidad de movimiento, flexibidad y potencia.
Este principio es esencial, junto con el de los complementarios en el Tai chi chuan . Nos formamos con la imagen corporal de que el tronco se mueve poco o nada. Por ejemplo, como practicante de kárate durante años, lo pude comprobar al practicar Tai chi chuan. Movemos los miembros, y en el tronco su movilidad potencial desaparece sistemáticamente de nuestra conciencia, dejando nuestro tronco, como un tronco de madera. Inconscientemente no movemos el tronco, ¡sencillamente porque no sabemos cómo hacerlo!
Para much@s cuando ven practicar el Tai chi chuan, lo que les llama la atención son los gestos de los practicantes flexibles y elegantes, mostrando una tranquilidad y armonía al ejecutarlos… Nada que decir, pero no deberíamos de fijarnos en los movimientos de las manos y los brazos. Debemos de observar el tronco, si no tuviéramos brazos ¿Qué es lo que moverías? ¿Qué es lo que queda si eliminamos los movimientos de los brazos y de las manos?
Si el tronco no se mueve y lo único que movemos son las extremidades, entonces lo que estamos realizando no es nada más que una gimnasia lenta. Creo que para entrenar eficazmente, hay que saber activar las partes energéticamente, es decir, los centros de energía o los bio-reguladores, que son los que corresponden a los chakras en yoga.
Para nosotr@s practicar Tai chi chuan, implica es el saber activar los centros de energía con el principio del tai chi. Activando y reforzando las zonas energéticas, el ejercicio se convierte en bueno para la salud, y propicio para la producción de fuerza. Nuestro cuerpo tiene muchas más posibilidades de las que podemos imaginar. Nuestro registro de movimientos es más amplio que lo que pensamos, aunque much@s no tienen esta visión, y es sencillamente a causa de nuestro modo de concebir nuestro cuerpo. Nos hemos auto- limitado con las formaciones deportivas, y la idea de que son los miembros los que han de moverse, dejando el tronco fijo o moviéndolo apenas. Sin embargo, el tronco debe moverse mucho, pero de manera muy precisa, pero sin un método, no es posible llegar a esta dimensión. Con un tronco flexible podemos ser capaces de producir una fuerza mucho más importante, de que la que estamos acostumbrados a producir.
Los métodos antiguos descubrieron hace mucho tiempo, la importancia de las actividades en el cuerpo, y descubrieron también cómo cultivar y desarrollar esas capacidades dinámicas nada ordinarias. Con un cuerpo rígido, no podemos trabajar el Tai chi chuan, porque sólo se moverán las extremidades y la cabeza, quedando inmóvil el tronco .Esto es un punto esencial, que a menudo queda disimulado en la enseñanza. Y es uno de los secretos de la eficacia del Tai chi chuan, pero esto tiene muy poca difusión, real